domingo, 17 de julio de 2011

Dicen que más sabe el diablo por viejo que por diablo, nunca estuve demasiado de acuerdo con ese refrán, no sé si será porque no soy mala o porque no soy demasiado vieja, pero con los pocos años que llevo aquí, en ésto que se llama vida puedo decir que sólo sé una cosa, y es que no sé nada, quizá esté filosofeando más de la cuenta, pero todo tiene sentido, no me refiero a que no sepa esas miles de teorías que explican movimiento rotatorios, o reacciones químicas, no me refiero a no saber construir una casa o un puente, que también soy una ignorante en esos aspectos, pero en este caso me refiero a algo mucho más cotidiano, me refiero a no entender las pequeñas cosas que me rodean, a no saber a qué juegan, me refiero a cuando tengo todo claro y de pronto todas mis palabras se quedan convertidas en papel mojado, me refiero a cuando en mi dientes se rompen las cosas importantes, me refiero a no saber los desenlaces de las historias, me refiero a ser una ignorante de mi propia vida.

No hay comentarios:

Publicar un comentario